Si cada mañana una flor distinta no abriera, no saliera el sol, no cantaran los pájaros. Si no hubiera una nueva vida que contar… ¿Qué sentido tendría este mundo? Si a cada existencia no le sumáramos la fantasía… ¡Qué desérticos paisajes se abrirían ante nosotros!.
Porque existe algo llamado poesía; amor perfumando las flores, luz de sol y canto de pájaros. Porque pequeños seres abren su grito a la vida. Por todo ello, más allá de ausencias y de tristezas, de la enfermedad y de la muerte. El mundo despliega sus alas para nosotros. Todos los días.
Autor: Graciela María Casartelli
Enviado por Graciela Cristina el 21/03/07
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