Cierto grado de competitividad en la vida, basado en el deseo de superación y la necesidad de autorrealización, es saludable y estimulante, pero cuando aparece en forma de envidia y celos puede acabar mal. La relación con un amigo competidor se vuelve tóxica si no puedes estar nunca relajado con él, y te exige mantenerte siempre en guardia sobre lo que dices o haces porque no sabes cómo lo utilizará.
No le aguantas cuando te dice que...
- Su familia es modélica, mucho mejor que la tuya.
- Sus hijos son más guapos, más inteligentes, mejores estudiantes que los tuyos. Unas joyas. Y si no los tiene, los niños en general y los toyos en especial son un fastidio.
- Su cargo en el trabajo es más importante que el tuyo. aunque nunca explicará claramente a qué se dedica.
- Su sueldo es superior al tuyo y su labor mucho más interesante.
- Sus vacaciones son más exóticas (en sus destinos no hay posibilidad de encontrarse con japoneses).
- Si le muestras una adquisición reciente (coche, ordenador, móvil...), te comentará, o bien que ha leído que su calidad es mala, o bien que ha visto en el mercado un modelo superior con muchas más prestaciones por el mismo precio.
CÓMO TRATARLE
- Con comprensión. Si consideras su amistad valiosa, puedes ayudarle a que tome conciencia de su insana forma de entender la competencia, sugiriéndole, directamente o a través de un familiar, que visite a un especialista que le convenza de que no necesita compararse con nadie ni desvivirse por emular a los demás, y que le ayude a desarrollar su autovaloración personal ajustada a la realidad.
- Con asertividad. Si realmente no te interesa su amistad porque te perjudica, dile amablemente pero firmemente que tú no quieres competir con él, que no te interesa su juego y que no consideras necesario que te haga saber lo bueno que es en todo. Quizás el desconcierto le haga cambiar.
- Con paciencia. Si por determinadas circunstancias (familiares, laborales...) debes mantener la relación, evita aquellas situaciones que pueden despertar su instinto competitivo. Así que trata de no comentar o discutir temas personales sobre los logros que has alcanzado tú o alguien cercano a ti. Sé paciente cuando escuches alguna de sus chulerías y activa el distanciamiento. ¡Nada de estrechar lazos con un competidor!.
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